De ser de aire.
De aterrizar (cuando vuelvo a casa) en la ciudad más mujer de la Península.
De utilizar paréntesis mientras escribo.
De mirarme al espejo y ver a una niña.
De no superar los 50 kilos.
De caerme de la bicicleta para volverme a levantar.
De ser “Durmiente” como “La bella”.
De no hacer de mi inteligencia un muro.
De tener la sangre "blaugrana" y la autoestima “Guardioliana”.
De no saber llevar tacones.
De reirme con quién se ríe mí.
De llorar, otra vez, viendo “Desayuno con diamantes”.
De pedir perdón tres veces por semana.
Orgullosa de ti.
sábado, 15 de mayo de 2010
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Orgullosos de leerte.
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