Lo digo. Lo redigo. Lo afirmo. Y hasta lo firmo. A los tontos con miedo los tendríamos que prohibir. Así, sin más. Sin rodeos ni jaleos. Y con premeditación y alevosía, claro.
Los tontos con miedo son terriblemente perjudiciales para la salud. Se pasean sueltos por el día a día contagiando inseguridad y a poco que te descuides…zas, te dejan sin un puto sueño.
Si te dicen ven y lo dejas todo, agárrate y no respires. Porque ese tonto con miedo te lo va a poner muy difícil. Que sí. Que los valientes son muy valientes en las películas de valientes pero no jodamos, ser valiente cuando hablamos de amor (y por amor) escuece.
Propongo que tomemos consciencia y, en consecuencia, actuemos. Digamos “no”, “nunca” y “vete”. Y ya puestos, lo votamos. Porque el día que los tontos con miedo se nos cuelen en el bolsillo del alma, no nos van a quedar ni ganas de salir a fumar a la calle.
lunes, 11 de abril de 2011
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Así se habla sí señora, soy fan tuya total Montse, ya me dirás dónde encuentro tu librico :) (soy Jazz eh...)
ResponderEliminar¡¡Grande!!
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