Escribo por las noches para respirar mejor por las mañanas. Como si juntar palabras no fuese sólo juntar palabras. Ni contar historias. O intentarlo. Como si la tarea de escribir fuera más objeto que verbo. Más materia que acción. Más almohada que tecleo.
Escribo por las noches para llenar mis pulmones de sueños. De caras. De manos. De gestos. De verdades y mentiras.
De principios y finales que son mucho sin haber sido.
domingo, 4 de abril de 2010
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