De las calles estrechas que guardan besos.
De los veranos que huelen a sal.
De las sonrisas de los que sólo tienen sonrisas.
De los que creen en las cosas que respiran.
De los gatos negros que cruzan por donde quieren.
De los que saben llorar.
De esos músicos que tocan en el metro mirando hacia el suelo.
De las huellas que dejan los niños en la arena.
De los vasos vacíos y los ceniceros llenos.
De las nubes que se enfadan cuando llueve.
Y del color.
Del color que sabe a fresa.
jueves, 8 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario