Creces.
Porque el cuerpo manda y el alma aprieta.
Te burlas de los centímetros y empiezas a contar los días, como el que cuenta números de teléfono, amigos de Facebook o anécdotas ridículas.
Y sabes que creces porque se te relaja el miedo.
Porque los cafés saben a recuerdos y las canciones a canciones.
Porque decir “ayer” te cuesta menos, y la boca se te llena de un “hoy” con el que nunca imaginaste que discutirías.
Y piensas en ti. En tú ti. Y en todas las veces que juraste que un “sí” no tenía precio.
Pero ya no lloras.
Ahora sabes que crecer es mucho mejor que despedirse.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
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"Ahora sabes que crecer es mucho mejor que despedirse" - Genial
ResponderEliminarM'agrada molt.
Sandra Ros