El adjetivo fetiche de este país es (con el cabreo que me otorga el cabreo):“des-me-su-ra-do”.
Desmesurado el poder de la demagogia que se intuye (y se GRITA) en los bares, por la madre que parió a la impunidad.
Desmesurado el rol de los medios y de esa mano que mece la cuna denominada Telecinco.
Desmesurado el recorte arbitrario de los políticos que, con las tijeras de las arcas públicas, nos están dejando sin un puto dibujo para colorear.
Desmesurado el conformismo que nos crece de la impotencia, y nos envía a Alemania para evitar eso tan feo de borrar parte de la experiencia en el currículum.
Desmesurado Mourinho y su discurso de entrenador “interplanetario”.
Desmesurado el meteorólogo que pone iconos de lluvia en todas las esquinas de los mapas de nuestros fines de semana.
Desmesurado el índice de chanchulleo que huele a nuevo rico.
Desmesurado todo, mucho y a cualquier hora.
- Póngame 20 “desmesurados” más, por favor. Que son gratis.
lunes, 28 de febrero de 2011
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