Ahora que he aprendido a mirarte con los 5 dedos.
A sonreír despacio.
A caminar recto.
A sentarme en los rincones de todas tus esquinas.
A buscar agujas en los pajares.
A soñar de pie.
A pintar sonrisas en los maniquís de mi subconsciente.
A luchar sin manos.
Y a levantarme con el pie izquierdo.
Sí.
Ahora que sé cuánto cuestan los euros con los que no pagamos.
Las caricias ingratas.
Los abrazos con IVA.
Y las despedidas flacas.
Ahora, y solo ahora, me tiembla el silencio cuando tú no hablas.
jueves, 9 de febrero de 2012
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