A todos ellos.
Que aún suelen guardar mis besos en sus recuerdos de hielo.
Entre tuppers de rencor. Y palabras pretenciosas del color del miedo.
A vosotros y a vosotras.
Y también a ti.
Que bautizaste mis dudas con gotas de tu veneno.
Sin saber y sin poder.
Cortándome estas dos alas con las que duermo y sueño.
Alejándome de mí.
Con el único objetivo de recuperar tu ego.
Tu ego de sabor gris.
Un ego fuerte y siniestro.
Como esas flores extrañas que crecen en los cimientos.
Para ti van estas líneas.
Para ti, y para ellos.
Escritas desde la luz con la que hoy reto al silencio.
lunes, 9 de julio de 2012
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