lunes, 18 de junio de 2012

Lugares

En un lugar llamado junio se me multiplican las bondades.
Los peces cantan, las nubes se levantan y la vida marcha sin darle cuerda.

Los adoquines irregulares se me antojan fáciles.
Las cuestas bajan, las olas duermen, el ruido calla, el sol decora, las calles cantan, y el pasado, (ese trozo mío que me amenazaba siempre con su arma blanca), es hoy una huella tenue que se borra con simples palabras.

Desde este lugar llamado mundo estoy regalando miedos, cosiendo agujeros y desmontando trampas.
Sin más trucos que el crecer.
Y con muchos más sueños que espaldas.