viernes, 22 de abril de 2011

Ni más ni menos

Un día cualquiera creas un blog y al minuto siguiente te sientes más. Ni más alta. Ni más guapa. Ni más lista. Ni más mejor. Simplemente, más.

En un solo minuto te conviertes en propietaria de una ventana indiscreta, la tuya. De un agujero subjetivo, el tuyo. Y de una voz, esa misma que te salva y te mata (según se tercie).

Y aunque sigues sin ser la que siempre soñaste, te agarras a tu “más” y te subes. Te subes a las palabras sin casco ni cinturón. Y juegas. A pisar todos los charcos. A saltar encima de las camas. A guardarte el chicle en los bolsillos. Juegas a respirar.

Pero un día cualquiera te imaginas que un alguien con bata blanca te extirpa tu blog. Y te sientes menos. Ni menos alta. Ni menos guapa. Ni menos lista. Ni menos mejor. Simplemente, menos.

Más nadie. Y menos tú.

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