domingo, 19 de agosto de 2012

Desde el más aquí


Escucho "El sitio de mi recreo", y siento que se me llenan los pulmones de infancia.
De infancia de sur. Con su sol obeso y sus cuestas blancas.
De arena golosa y de ratos cortos.
De chiclé cansado y calor de sal.

Se me infancian los pulmones y me hierve el alma.
Esta alma quieta, que le llora a un tiempo de juegos humildes y fuentes sudadas.

El sitio de mi recreo tiene voz de muerte.
Y a pesar de ello, sabe a vida y huele a calma.

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