miércoles, 6 de octubre de 2010

Dentro

Necesitaba escribir. Cuando se me acumulan las palabras no soy nadie y huelo a nada. Necesitaba salir. Tocar la calle con las manos y vivir a la gente. Tragármela. Digerir su forma de andar, esos ademanes tediosos que retan al reloj. Necesitaba esconderme dentro de mis párpados y cerrar los ojos en intervalos de segundos. Fugarme de mi entorno y poner los oídos en blanco. Necesitaba música sorda. Y velas. Millones de velas dibujando un pasillo infinito. Mi pasillo. Ese que serpentea hasta perderse en el mar.

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